#3J Ni Una Menos y las formas de la violencia económica.
El 3 de junio de 2015 nace Ni una menos como una expresión masiva destinada a visibilizar la violencia por motivos de género. Año a año, la fecha vuelve a promover la necesidad de seguir trabajando en contra de las distintas expresiones y modalidades de la violencia por motivos de género.
El 8 de marzo pasado el paro internacional de mujeres en Argentina llevó como demanda central el lema “La deuda es con nosotras y nosotres. Que la paguen quienes la fugaron”, haciendo foco en la violencia económica y patrimonial —tipificada en la ley 26.485 de Protección Integral de las Mujeres. Violencia económica que también tiene una dimensión doméstica muy fuerte y que se expresa a través de diferentes formas como prohibir o sabotear el trabajo de la pareja con distintas estrategias, ejercer control sobre los gastos, impedir o dificultar el acceso a cuentas personales o excluir a la pareja en decisiones sobre el gasto familiar. También se expresa como condicionamiento al pago de la cuota alimentaria, en hacer que la pareja trabaje en un negocio común sin percibir un pago, o incluso robar dinero u ocultar parte del patrimonio.
Todo forma parte de la herencia de un mismo modelo de familia hegemónico y heteropatriarcal que identifica la figura del varón como proveedor y de la mujer como sostenedora del espacio doméstico. Este binomio suele ocultar que el ingreso que obtiene uno de los miembros de la pareja es posible solo por el trabajo no remunerado de cuidado y reproducción de la vida cotidiana que realiza el otro. Cuando ambos trabajan, las formas de la violencia económica implican el conflicto por la distribución de estas tareas de cuidado y sostenimiento que suelen terminar en una sobrecarga sobre las mujeres, con tareas en el ámbito público y en el doméstico.